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REVISTA RUEDAS AÑO I, NO. 1

PISTA DEL JARDÍN BOTÁNICO

La primera vez que fui al trazado de trillos que se hiciera en la parte externa del Jardín Botánico de esta capital, al cual no había podido ir por razones de tiempo; pero ese día decidí tomarme la tarde ya que había trabajado en el interior y tanto el trabajo, como la falta de luz solar y las lluvias constantes me mantuvieron alejado de poder ir a disfrutar de mi “bici” allí; pero ese día todas las variables se conjugaron para sacar un momentito y por fin pude acudir.

Llegué al Botánico y al no encontrar a los demás ciclistas con los que había coordinado hacer el recorrido, decidí arrancar sólo. El trazado es un poco complejo y no entendía cuál era la dirección a tomar e hice lo que pude, en ese momento no me sorprendí mucho porque parte de esos trillos ya los había experimentado en el 2012 cuando la madre de mis hijos estaba entrenando para ir al “Survivor” (competencia contra reloj por equipos que se realizaba en la zona del Higüero) con su equipo.

Luego llegó Oliver Castillo (Kukiku) y me dice que le siga que él conoce el trazado y para mi sorpresa había una serie de trillos que desconocía totalmente que bordea la calle República de Argentina y ahí es que comienza el “mambo” como dicen. Definitivamente esa parte no es apta para ruteros, bajadas sumamente técnicas con subidas que harán sentir que se le ‘quema el pecho’ al más ligero de los competidores de Cross Country (XC), el trazado se extiende bastante, incluso hay dos tramos en que hay que tomar la acera para conectar con el siguiente trillo; pero lo que espera es pura diversión y mucha técnica.

Y para que el desarrollo de la técnica y la diversión ya mencionada fueran aún más excitantes, en el tramo de la avenida Los Próceres dispusieron saltos y ‘drops’ hechos con paletas (piezas de madera) y troncos de árboles, también con las mismas paletas con secciones escalonadas que ponen a prueba la destreza del ciclista, hay zonas donde el trillo serpentea y llenará de adrenalina a los que disfrutan de la velocidad y las competencias.

EN CONCLUSIÓN

El circuito de Mountain Bike (MTB) del Botánico es un paraíso de trillos en plena capital, ideal para los que quieren mejorar su técnica para cuando se adentren en el monte; pero también es un espacio ideal para los que entrenan para las competencias y sobre todo los que por compromisos y falta de tiempo tienen que, obligatoriamente, esperar el fin de semana para ir al monte. No puedo dejar de mencionar que esta es una iniciativa desinteresada de un grupo de amigos encabezados por Diego Teruel y Michael Dupuy, y la mejor forma de agradecerles es usando correctamente el circuito y protegiéndolo, no ensuciándolo y cuidando la señalización existente.

RECOMENDACIONES

Mi recomendación para aquellos que sus habilidades no han sido desarrolladas, es que practiquen en la zona de Los Próceres utilizando los tramos de paletas y troncos para ir desarrollando la técnica y también las bajadas de esa zona que no son tan complicadas y así poder ir tomando confianza.

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