Las hormonas juegan un papel fundamental en nuestro organismo, y su alteración puede provocar cambios inesperados por ejemplo en nuestro peso corporal o incluso estados de depresión. Y en este sentido, una de las hormonas más influyentes es el cortisol, también conocida como la hormona del estrés, que se produce en la glándula suprarrenal y que sirve para aumentar el nivel de azúcar en la sangre. Esta hormona es producida en situaciones de estrés o como respuesta a una disminución de la concentración de glucocorticoides en sangre (hormonas que realizan la regulación del metabolismo de los hidratos de carbono, grasas y proteínas).
El ciclismo a menudo suele ser uno de los tratamientos más eficaces para combatir el estrés, ya que este deporte libera hormonas de felicidad y mejora las regiones límbicas del cerebro. Los ciclistas que se encuentran bajo una formación directa para una carrera suelen correr un alto riesgo de estrés, el trabajo, la vida diaria y el entrenamiento suele sobrecargar el sistema nervioso central, el punto clave está en identificar qué tipo de estrés estamos padeciendo.
Los picos altos de cortisol suelen producirse durante y después del ejercicio, los atletas de resistencia están expuestos a niveles de cortisol más altos y suelen mejorar su capacidad aeróbica, también como consecuencia se aumenta el flujo de sangre en el cuerpo. “El estrés hace que su corazón lata más rápido, lo que conduce a una respiración poco profunda y rápida”, según estudios de la Universidad de Bristol en Reino Unido.
Además de la intensidad y duración de los ejercicios, hay otros factores que influyen sobre la producción de cortisol, y uno de ellos es la alimentación. Por ejemplo, el cortisol contrarresta la insulina, llevando a la hiperglucemia. Cuando consumimos hidratos de carbono complejos después del ejercicio, aumentan los niveles de insulina, ayudando a disminuir los altos niveles de cortisol que han aparecido después del entrenamiento. Y otra medida para evitar los altos niveles de cortisol es dormir y descansar bien, lo que posibilita la renovación y recuperación celular.
Tener el cortisol elevado puede producir:
1. Cansancio crónico.
2. Problemas intestinales (estreñimiento o diarrea).
3. Dolores de cabeza y/o de estómago.
4. Envejecimiento, debido a la producción de glicación y el exceso de radicales libres.
5. Problemas de infertilidad y cambios en el ciclo menstrual.
6. Se ha demostrado que un exceso de cortisol de forma prolongada incide en la posibilidad de desarrollar Alzheimer, afecciones cerebrales, y puede ser un factor de riesgo para enfermedades que deprimen el sistema inmunológico, como el cáncer.
7. Sin duda, el cortisol también es el denominador común de enfermedades que tienen que ver con síndrome metabólico, problemas de glucosa, o resistencia a la insulina, por mencionar algunas.
8. Con el exceso de cortisol, se puede producir un daño en el hipotálamo, afectando la memoria a corto plazo.
Afortunadamente, hay varias formas naturales de reducir tu nivel de cortisol. Estas vías son para mantener esta hormona dentro de sus rangos normales y disfrutar de una mejor calidad de vida.
1.Descansar lo suficiente:
a. Evita la cafeína en horas de la tarde.
b. Evita las distracciones antes de acostarte.
c. Limita la exposición a luz brillante durante la noche.
2.Ejercitarse solo lo necesario: Dependiendo de la intensidad del ejercicio y de la condición física de la persona, puede aumentar o disminuir el nivel de cortisol. De este modo, el ejercicio intenso, moderado o leve que implique un 40 a 60% de esfuerzo no aumentará el cortisol a corto plazo, y aun así conduce a niveles más bajos durante la noche.
3.Aprende a identificar los pensamientos estresantes: Reducir el estrés en base a la atención de cada pensamiento es una estrategia que implica ser autoconsciente de aquello que provoca el estrés.
4.Aprende a relajarte: Varios ejercicios de relajación han demostrado reducir los niveles de cortisol. Entre ellos la respiración profunda, una técnica simple que puedes aplicar en cualquier lugar.
5.Divertirse: mantener una actitud positiva se asocia con bajo cortisol, además de mantener una buena presión arterial, un corazón sano y un fuerte sistema inmunológico.
6.Come alimentos saludables: el azúcar está vinculado a un mayor aumento del cortisol y por el contrario alimentos como el chocolate negro, frutas, té verde, probióticos, agua, etc., ayudan a beneficiar los niveles de cortisol.
7.Mantener relaciones saludables: los amigos y familiares son una gran fuente de felicidad en la vida y mantener estas relaciones estables y empáticas ayudan a mantener el cortisol a un nivel normal.
Como psicóloga clínica y health coach sé que no podemos deshacernos del estrés, pero sí aprender a bailar a su ritmo, para que su efecto sea lo menos agresivo posible. El objetivo es ayudarte a ser mejor hoy, a tener más energía y a ser nuestra mejor versión de nosotros actualmente. Para ello, necesitamos poner en práctica esas vías que nos sirvan como herramientas para realizar una fuerza de oposición frente a los efectos negativos del estrés.
Deja una respuesta