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UNA BIRRA CON HENRY FANCISCO

¡Un esclavo de la libertad!

Siempre he sentido admiración por las personas que están viviendo un sueño, esos a los que fueron llamados locos por tener una idea que a nadie antes se le ocurrió, que más de una vez le dijeron que estaba perdiendo su tiempo y que no llegaría a nada en la vida.

Una de esas personas Gustavo Francisco, mejor conocido como Henry Francisco, el dominicano que decidió vivir un sueño, ir tras él y conseguirlo, el dominicano que se atrevió a lanzar su propia marca de bicicletas, Montecci, que hoy goza de reconocimiento internacional y lleva orgullosamente el sello de la UCI en su cuadro lo que establece que está aprobada por el más alto organismo mundial de ciclismo para ser usadas en las competencias avaladas por ellos.

A Henry no recuerdo cómo ni cuándo lo conocí, el tema es que estar siempre vinculado al tema del ciclismo me llevó a conocerlo, ser su amigo y hasta su abogado y puedo decir con orgullo que la marca Montecci está protegida por las leyes de la República Dominicana ya que Henry nos dio la oportunidad de hacerlo.

En la Revista Ruedas nos sentimos honrados de haber podido entrevistarlo para que ustedes conozcan a Henry de una manera personal y qué mejor manera de hacerlo que tomándome una cerveza con él, aunque él no es habitual en el consumo de alcohol; pero por tratarse de su amigo y su abogado tuvo que tomársela, ¡JA!

HT: Henry háblanos de ti, nombre completo, estado civil, qué estudiaste, a qué te dedicas, dónde vives

HF: Mi nombre es Gustavo Enrique Francisco (interrupción)

HT: ¿Espera, cómo así Gustavo? ¿Y no era Henry?

HF: Lo que pasó fue que yo nací un 31 de diciembre y mi papá llegó el 4 de enero, resacado, a averiguar si yo había nacido, entonces yo no tenía nombre y él fue a la Barahona a la Segunda Circunscripción y un tipo le dijo “yo le resuelvo, deme su cédula y cinco pesos” y cuando mi padre llega a la casa mi mamá le preguntó que qué nombre me había puesto y él respondió que no sabía, sucede que el tributario vio que mi papá se llama Rafael Gustavo y me puso Gustavo y lo de Enrique me lo puso porque Enrique Pérez y Pérez era lo máximo para el tributario y decidió ponerme esos nombres. Al mi madre no saber cuál era el nombre con el que me declararon comenzaron a llamarme Henry porque ese era el nombre que ellos querían para mí.

HT: ¿Cuándo y cómo te das cuenta de que no te llamas Henry?

HF: En el proceso de yo pasar a la adultez, tenía que  sacar mi cédula de identidad y no aparecía por ningún lado como Henry, yo dejé de hacer de todo; pero llegó un momento que estaban haciendo redadas y el que no tenía cédula tenía problemas y comencé a reclamarle a mi madre el por qué yo no aparecía y mi hermana sí, entonces mi madre tuvo un vago recuerdo y me dijo “ yo creo que es Gustavo que tú te llamas” ya sabes uno ya un adolescente con 14-15 años, todo el mundo te conoce por un nombre, yo no podía decirle a la gente que yo no me llamaba Henry, los que me conocen de pequeño me llaman Henry y los que me conocen de la escuela me conocen por Gustavo porque cuando pasaban la lista decían el nombre del Acta de Nacimiento y para colmo mi apellido es un nombre y otras personas me llaman Francisco; pero yo prefiero que me llamen simplemente Henry Francisco.

HT: Ok, nos tomamos un tiempo con lo del nombre, respóndeme la otra parte de la pregunta inicial

HF: Yo soy soltero, ¡GRACIAS AL SEÑOR! (risas) no hay nada como estar soltero, yo le exhorto a la juventud… (más risas), nací en el Ensanche Quisqueya, pero luego nos “deportaron” para Villa Juana, toda mi niñez la pasé en Villa Juana y luego me fui a Nueva York.

HT: ¿Cómo comienza tu relación con la bicicleta y cuál fue tu primera bicicleta y de ahí en adelante cómo se desarrolla tu pasión por la bicicleta?

HF: Yo no empecé en una bicicleta propia, cuando era niño mis amigos y yo íbamos al Estadio de la Normal a alquilarle unas bicicletas a un señor al que llamábamos Nube Negra, le pagábamos 10 centavos y nos dejaba dar vueltas en un parqueo frente al estadio, ahí aprendí a montar bicicleta, luego en el barrio le alquilábamos a otro señor que se llamaba Tony Gri y ya en el 85 montaba en una BMX que mi mamá nos compró a mi y a mi hermana, era una bici corriente que las vendían en Forteza; pero la pasión realmente comenzó mucho antes, en el Mauricio Báez hacían una carrera que todavía hacen, y desde muy pequeño asistía a ver esas carreras, antes de aprender a montar, en esa carrera conocí mis dos pasiones: el ciclismo y la fotografía. Después de todo eso salía a montar por la zona colonial y siempre sentía esa sensación de libertad sobre la bici, yo siempre he sido un esclavo de la libertad, esa expresión es contraproducente; pero si lo entiendes tiene un sentido enorme yo he dejado de hacer muchas cosas por no abandonar mi libertad.

Yo tengo una relación visceral con la bicicleta, tú te enamoras de ella, peleas con ella, te divorcias de ella; pero siempre encuentras el camino para reencontrarte con ella.

HT: Después de esa BMX que me comentaste, ¿cómo comienzas a desarrollarte en el ciclismo?

HF: Es que yo nunca me desarrollé en el ciclismo, porque cuando yo comencé a hacer la transición de BMX a ruta yo sentía que la bicicleta era muy dura, o sea el sacrificio que conlleva el ser un ciclista, tienes que pasarte el día sobre una bicicleta para ponerte en forma, el pelo, la piel, la cara todo se te maltrataba con el sol y la suciedad de la calle y cuando yo veía los ciclistas que yo idolatraba cuando era niño, resulta que pasaban muchas penurias, eran personas que vivían el día a día, entonces yo no le encontraba sentido a andar en bicicleta todo el día para nada y me divorcié de la bicicleta por años.

HT: Después de ese divorcio, ¿cuándo te reencuentras con la bicicleta?

HF: Me reencontré con la bicicleta porque me perdí, me perdí en lo que yo quería ser y hacer, estaba deambulando por la vida totalmente perdido y no me encontraba a mi mismo y llegó un momento en la vida, la famosa crisis de los 30, donde no sabes que quieres en la vida porque la vida es como cuando montas en un trillo y de repente llovió y aparece una rama o una piedra que no estaba y te cambia todo, entonces perdido así como estaba un día yo teniendo complejo de hippie me compré una bicicleta sencilla para salir a dar vueltas después de tomarme unos tragos, nunca pensé en negocio ni nada, sólo un modo de transporte siendo rebelde, siendo revolucionario y contra revolucionario al mismo tiempo, era un momento de rebeldía y la bicicleta era esa forma de yo expresar mi rebeldía; pero en ese momento seguía perdido.

Llegar a donde comenzó todo me tomó unos 13 años, estando en casa en NY ya haciendo frío me paré en la ventana y vi a alguien que pasaba frente a mi ventana en una bicicleta y en ese momento pensé que lo que siempre me ha gustado y me ha dado libertad es la bicicleta y es en ese preciso momento  que me reencuentro con la bici; pero no salí a comprar una bicicleta, decidí que iba a hacer mi propia marca de bicicletas, no sé por qué se me  ocurrió hacer eso y todo al que le comentaba eso me decía que estaba loco, yo era la burla de todo el mundo, andando en el pelotón en una bicicleta Specialized que tenía los compañeros se reían de mí; pero siempre aparecía alguien que me animaba y me decía que siguiera adelante, dos panas que se llamaban Leo y Puya me decían “hazla que te la vamos a comprar” , incluso el primer cuadro que me llegaron las armamos con piezas que ellos tenían tiradas por ahí, todavía no era una empresa, era un simple proyecto y luego un amigo que se llama Pillín me dijo “yo qujiero una” y me entregó 600 dólares y eso me obligó a mi para no quedarle mal a hacer la marca, porque  sin yo ser nadie en el ciclismo, sin tener una marca establecida, sin tener una tienda o un plan mercadológico yo conseguí un cliente, pensé que todo iba a ser un éxito.

HT: ¿Entonces tú tuviste que hacer una marca, de dónde sale el nombre Montecci?

HF: Ah ese es otro cuento, eso es una novela (risas) para hacerte el cuento corto yo una vez, medio loco, me enamoré de una muchacha un lunes y el viernes ya estaba mudado con ella a 5500 kilómetros de mi casa en Italia, entonces por ahí hay un pueblecito que se llama Santa Andrea de Montechi con H y yo siempre pasaba por ahí en bicicleta y quedé enamorado de ese lugar, entonces después cuando el amor me deportó de Italia buscando un nombre pensaba y decía “Tú te imaginas una bicicleta marca Villa Juana o La Fe, bicicletas Cayacoa o Caonabo” y entonces pensé en ese pueblecito que se llama Montechi, que por ahí pasa una carrera famosa que se llama Strade Bianchi y otra que se llama “La Heróica” que se anda con bicicletas que deben tener no menos de 35 años, incluyendo la ropa, de ahí sale el nombre Montecci.

HT: Después de esa primera bicicleta que hiciste por pedido, ¿qué pasó?

HF: Yo hice 10 bicicletas más y se vendieron todas rápidamente, entonces comencé a mandar a fabricar por lote, de 30 cuadros en adelante. Tenía el agravante de que no contaba con distribuidores porque estos  ya tienen compromisos con marcas previamente establecidas y no podían ponerse a empujar una marca totalmente desconocida, ellos no me iban a hacer el trabajo de decidí buscar un nicho para poder dar a conocer mi marca y comencé a introducir las bicicletas plegables, que son muy populares en NY porque los espacios son muy reducidos en todas partes, en el Metro, en los apartamentos, en los lugares de trabajo y esta bici se adaptaba a todo eso ya que podía guardarse en cualquier lugar, empecé con 9, luego 25, una vez me aloqué y busque dinero prestado y mandé a hacer 100; pero siempre se vendían, comencé colocándolas a consignación, otras tiendas eran más solidarias y me las pagaban inmediatamente y ahí empecé a llenar la ciudad de NY de bicicletas plegables.

En ese tiempo no tenía yo tienda, todo se hacía en mi casa, se almacenaba y se armaba, yo tenía un segundo piso que era para dormir como un Mezzanine y abajo sacamos todos los equipos de la cocina y eso lo convertimos en almacén, cuando a mi edificio llegaba un camión de bicicletas todos los muchachos del barrio ayudaban a subir las cajas. Para tener más ingresos lo que era mi habitación se la alquilé a un tipo que tenía una imprenta y hacía sus Brochures en mi habitación, tuve que emplearme de 8 a 5 también, yo duré sin comprarme un jean como 4 años, todo lo que hoy es Montecci comenzó con una inversión inicial de unos 1500 dólares, todo lo que yo producía lo invertía en la marca. Mucha gente me ha ayudado, mi hermana, amigos que me patrocinaron, clientes que creyeron en mí que ni siquiera los conocía supieron entregarme 20 mil dólares por adelantado para pedidos.

HT Qué significó para ti la noticia de que la Unión Ciclística Internacional (UCI) aprobó la marca Montecci para las competencias avaladas por ellos

HF: Mira, el asunto con eso fue el por qué hacer eso, yo nunca lo planeé; pero aquí en mi país República Dominicana, hubo gente que se tomó el atrevimiento de hacer una campaña negativa, diciendo que la bicicleta era de mala calidad y que no tenía garantía y yo me preguntaba ¿qué tienen las otras marcas que yo no tengo para que eso no pase? Sello UCI, ojo, a la UCI no le importa la calidad de tu bicicleta, a ellos le importa la geometría de tu bicicleta, que cumpla con los parámetros que ellos tienen establecidos como estándar para poder participar en las competencias; pero la gente tiene la percepción que ese sello es por la calidad de la bicicleta y no es así, es muy distante una cosa de la otra; pero me dediqué a sacar ese sello, invertí un buen dinero y cumplí con todas las exigencias de la UCI. Fue un momento agridulce, porque había gente tratando de hacerme un daño y tuve que dedicarme a eso que no era mi objetivo; pero ese daño que intentaron hacerme me motivó a dar ese gran paso, eso contrarrestó todo ese daño que quisieron hacerme porque mi marca ahora figura al mismo nivel que los nombre más famosos y antiguos el ciclismo internacional.

HT: Y qué puedes decirle al público a través de esta entrevista sobre la calidad de tu bicicleta, cuáles son los estándares de fabricación y garantía, cuál es la resistencia a la fatiga que tienen tus cuadros de carbón porque todos tus cuadros de ruta son en carbón

HF: Cuando un cuadro se hace, se llevan a un laboratorio y se someten a una prueba que se llama EN, estas máquinas someten los cuadros a torción que se miden en newton/metros, los cuadros que no soportan esas pruebas se desechan, muchos de los cuadros falsificados que se venden en el mercado son de esos cuadros que no pasan la prueba que los reparan, muchas fábricas tienen control de su basura; pero hay otras que no. En el caso de Montecci que es una empresa pequeña, si hacemos 100 bicicletas y se rompe una, ese es un monto desproporcionado ya y nosotros tenemos que esforzarnos en que las bicicletas de nosotros tengan la mayor resistencia para evitar roturas, por eso es muy raro ver una bicicleta nuestra rota por fatiga. Nosotros hacemos nuestras bicicletas con los mismos estándares que las mejores bicicletas del mercado y reto a cualquiera que demuestre lo contrario. Damos 30 meses de garantía en uso normal y tenemos un plan de Crash Replacement que, si tienes un accidente y se rompe tu bici, por tan sólo mil dólares te damos un cuadro nuevo.

HT: ¿Por dónde va la marca? Porque ya Montecci no es sólo bicicletas

HF: Comenzamos con la ropa como un proyecto de promocionar la marca y terminó siendo una marca de ropa, después de los uniformes comenzamos con los accesorios, las medias, los guantes, luego comenzamos con la ropa de invierno, luego las gafas que están aprobadas por la FDA porque todas las gafas en USA son considerados productos médicos, los zapatos están al nivel del tope de gama. También tenemos la marca La Rue con los timones y aros. También hacemos bicicletas de triatlón, las plegables y plegables eléctricas y de montaña de gama media. Lo único que nos faltan los cascos; pero estos requieren unos permisos que no estamos preparados todavía.

HT: Háblame del mercado nuestro, de República Dominicana

HF: Localmente vamos muy bien porque si bien es cierto que en un principio hubo resistencia, si el producto es bueno, la gente comienza a aceptarla y ya tenemos 3 tiendas, una en Santiago, una en el Distrito y otra en la Provincia. Las bicicletas se están vendiendo bien y la ropa va viento en popa.

HT: ¿Cómo ves el futuro de la marca Montecci?

HF: Ahora mismo el negocio de las bicicletas en está en crisis y la gente no lo sabe, estamos viviendo la resaca de lo que pasó en 2020, lo de nosotros ahora es mantener lo que tenemos y esperar que todo se normalice para seguir desarrollándonos porque ahora miso la industria completa está en un modo de supervivencia porque no hay componentes, la cosa está tan difícil que es más factible vender bicicletas de gama alta que las de gama media porque las de gama media están muy caras.

Nosotros en Montecci tenemos en proyecto en un futuro llegar al Tour de Francia, hemos coqueteado, hemos recibido ofertas; pero no estamos preparados, pero a ese nivel queremos llegar y entiendo que lo vamos a lograr y estamos trabajando para eso, porque el Tour es La Meca del Ciclismo.

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