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Entrenamiento Ciclista Por Pulsaciones Vs. Vatios

En el mundo del ciclismo, como en todas las disciplinas deportivas, para mejorar el rendimiento es fundamental entrenar. Y para no entrenar a ciegas es realmente importante hacerlo con datos reales de tus salidas para medir tus esfuerzos

Y aquí llega el eterno debate de los últimos años, no solo en RD, sino en el mundo del ciclismo.

¿Entrenar por pulsaciones o entrenar por vatios? Frecuencia Cardiaca vs Potencia.

¿Qué es mejor?, ¿Cuáles son las ventajas y desventajas del entrenamiento por pulsaciones y el entrenamiento por potencia?

El simple hecho de entrenar por pulsaciones o vatios puede parecer a primera vista fácil, pero no lo es. Entrenar medianamente bien es realmente complicado, y hacerlo bien sin la ayuda de un profesional es prácticamente imposible.

Para evitar cometer los errores más comunes en tu preparación tales como: caer en un sobre entrenamiento, quedar estancado sin cambios en tu rendimiento o coger el punto de forma  antes de tiempo, sería de vital importancia acudir a un buen entrenador, que te regule tantos las cargas de entrenamiento como las intensidades de estos y sobre todo una de las cosas más importante el descanso.

Pero si todavía no tienes entrenador o si ya lo tienes pero estas dudando entre entrenar por pulsaciones o vatios es importante que tengas presente lo siguiente.

El entrenamiento por pulsaciones  es el que denominaremos entrenamiento clásico. El entrenamiento por pulsaciones hace referencia a los métodos de entrenamiento de la vieja escuela, donde el único dato realmente importante eran las pulsaciones.

Entrenamiento por pulsaciones: Pros y contras

Mayor accesibilidad:  Este sigue siendo para mí el gran punto a favor de los pulsómetros. La accesibilidad de precios es bastante mayor que la que tienen los potenciómetros pues estos son más caros, llegando a superan fácilmente los 300- 400 dólares.

Prácticamente todo el mundo puede acceder a comprar un pulsómetro que le indique a qué pulsaciones se encuentra su corazón.

Mejor control de la fatiga:  Con el pulsómetro es algo más fácil detectar un caso de sobreentrenamiento o de fatiga excesiva. Llevar el pulso por los suelos es un claro síntoma de ello y si el pulso ni siquiera se acerca a tus pulsaciones máximas es que muy probablemente tengas que tomarte unos días de descanso.

Condicionantes externos de las pulsaciones:

El pulso a diferencia de los vatios es un valor que se ve afectado por diferentes externalidades, algunas de ellas controlables y otras no. estas están:

1. La falta de sueño.
2. El consumo de cafeína.
3. Las bajas temperaturas o hacer ejercicio con el estómago lleno.

Estas pueden afectar las pulsaciones del atleta, de modo que no deberíamos considerar el pulso como un indicador fiable al cien por cien.

Dificultad por controlar los esfuerzos:  Con las pulsaciones es realmente complicado controlar los esfuerzos y realizar una serie a ritmo constante. El pulso tarda unos segundos en subir y también algunos otros en bajar de modo que es más que probable que de una serie de 30 segundos, estés desperdiciando segundos.

Entrenamiento por potencia: Pros y contras

Perfecto control de los esfuerzos y energías:  Con la llegada de los potenciómetros es más fácil regular los esfuerzos y controlar el depósito de energía disponible. Si sabemos que nuestro umbral anaeróbico (FTP del cual hablare en mi próximo articulo) está en 300 vatios de potencia y empezamos una loma a 350 vatios casi con total seguridad terminaremos pagando este sobreesfuerzo (pájara). En este sentido los vatios permiten al ciclista regular el esfuerzo que le permita dar el máximo rendimiento sin pasarse de la raya.

Mayor exactitud en trabajo anaeróbico y de potencia:  Con el pulso es prácticamente imposible hacer al pie de la letra las series explosivas, puesto que subir hasta ciertas pulsaciones lleva en muchas ocasiones cierto tiempo de esfuerzo constante y aun así muchas veces no llegas.

Con los potenciómetros el trabajo específico será a partir de ahora mucho más fácil y si tienes unas series de 1 minuto a 420 vatios podrás empezar a contar desde el primer momento en que imprimas la fuerza necesaria a los pedales, independientemente de que el pulso se encuentre muy lejos todavía de su zona de trabajo.

Valoración de la intensidad de ejercicio: Los vatios nunca mienten y siempre son un excelente indicador de la intensidad de la actividad. Si hemos movido más vatios es que realmente hemos empleado más energía y esto a diferencia del pulso siempre se puede tener presente y analizar para ir observando las mejoras de un determinado deportista, con las pulsaciones esto es muy difícil de lograr.

Precisamente con este planteamiento aparecieron los vatios normalizados o potencia normalizada (NP) que nos aproxima un poco más a la intensidad de la actividad  al no tener presentes los ceros que vamos acumulando cuando dejamos de pedalear, que si se tienen presente en potencia media. De estas métricas y símbolos también les hablare más adelante.

Precio elevado:  Los potenciómetros son bastante más caros que los ciclocomputadores básicos por pulsaciones y este es sin duda una desventaja, especialmente para aquellos recién iniciados al mundo del ciclismo que no hace mucho hicieron un importante esfuerzo económico en la compra de una bicicleta.

Conclusión

A nivel de tendencias actuales la balanza se inclina claramente en favor del entrenamiento por potencia que además cuenta con la aprobación y el respaldo de la mayor parte de entrenadores especializados.

A mi entender esto no significa que dejemos de lado el entrenamiento por pulsómetro, simplemente es cuestión de ver que metodología se adapta y encaja mejor a nuestras características y expectativas.

Cada persona debería escoger en base a sus necesidades de uso. Si buscas entrenar al milímetro para maximizar tu rendimiento lo tuyo deberían ser los vatios y seguir un entrenamiento por potencia mucho más técnico y preciso que el entreno por pulsaciones convencional que, en cambio, sí podría satisfacer, por ejemplo, las expectativas de un ciclista que pretenda controlar sus entrenamientos a un precio más ajustado y en base a un método más tradicional y básico.

Como prácticamente en todo debemos adaptar las tecnologías al deportista y no el deportista a la tecnología.

Bibliografia:
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